Además de adentrarnos en el lado “ciber-social” de este ismo
virtual, vamos a conocer un poco más sobre el ámbito técnico. Por eso
investigaremos y colaboraremos en una pequeña guía de la historia de los
sintetizadores de voz.
¿Qué es un
sintetizador de voz?
Es un mecanismo que se encarga de la producción artificial del habla humana. Un sintetizador de voz convierte
el texto en voz.
Generalmente los sintetizadores de voz
tienen memorizados digitalmente cada uno de los fonemas o palabras que son
capaces de emitir (por lo que muchos son limitados en cuanto a esto). Los datos
que recibe un sintetizador procedente del ordenador corresponden a la
identificación de los fonemas o palabras a emitir. Una vez que se analiza el
dato, se activa un proceso encargado de generar el sonido correspondiente.
Para lograr la más completa claridad en el habla, lo
adecuado es almacenar pronunciaciones de
palabras completas. Los sintetizadores de habla son muy útiles para ser
usados por aquellas personas con discapacidades; por ejemplo, se utiliza un
sintetizador de habla en programas de asistencia como los lectores de pantalla.
El usuario de sintetizador de voz más conocido: Stephen Hawking.
El primer ejemplo de este sintetizador de voz lo hallamos en
1779, cuando Christian Kratzenstein hizo
5 silbatos que hacían sonar las vocales artificialmente (a,e,i,o,u) . Pocos
años más tarde, en 1791, Wolfgang von Kempelen (conocido más por su habilidad
como ajedrecista) presentó su "Máquina de Voz Acústico-Mecánica" que
podríamos considerar el primer sintetizador de voz ya que podía producir
sonidos aislados y algunas combinaciones sonoras.
Parece un pato que pide agua.
Parece que Kempelen había comenzado a trabajar en esto antes
que Kratzenstein y tras 20 años de trabajo, en 1789, publicó el libro “Mecanismo
de la palabra humana” (Mechanismus der menschlichen Sprache) donde explica su investigación acerca de
la producción de la voz humana y su reproducción artificial mediante su
máquina.
Aunque no
parezca más que un burdo cajón de madera, dotado de palancas y una bocina los
planos muestran cómo el sonido se genera al crear una corriente de aire,
controlada por una especie de fuelle, a través del que se “inhala” y se expele
el aire, imitando así el sistema de habla humano. Las piezas esenciales de la
máquina eran: un fuelle que simulaba los pulmones, un silbato que actuaba como
las cuerdas vocales, y un tubo de cuero para simular el tracto vocal.
Su invento
no tuvo gran repercusión, puesto que años antes, Kempelen presentó “El turco”
un autómata que similaba jugar ajedrez, pero que en realidad era accionado por
una persona de baja estatura dentro de su estructura.
"El turco" de Kempeler
Así, pasó
mucho tiempo para que otro inventor se lanzara a la hazaña de crear un
sintetizador de voz mecánico. En
1837, Charles Wheatstone replica la máquina de Kempelen añadiéndole fuelles y
cavidades que simulaban los labios.
En 1835, Joseph
Faber inventa “Euphonia” una
máquina bastante similar a un clavecín, puesto que consistía de un teclado y pedales,
además que algunos modelos tenían máscaras de rostros humanos. Su
capacidad no iba más allá del tarareo de algunas canciones.
Lo del rostro es perturbador.
En la segunda parte nos alejaremos de los sistemas mecánicos, para revisar la historia de los sintetizadores de voz electrónicos: abuelos de Jorge y Miku.